SE VENDE


Lo primero que vendió
fue su cuerpo.
Pensó que al fin y al cabo
sólo era carne.
Su alma, permanecía a salvo.
No le dolió.
Ella que sabía de hambre,
de enfermedades transatlánticas,
de penas en el corazón
y en todas las canciones escuchadas.
No desgastaría su tiempo en lamentos.

Después quiso vender su coche,
nadie que sabía de su atento acento
subiría en el.

Cuando salió aquella mañana
y regresó sin pelo...
La miré con una ternura infinita.
La melena que lucía,
le recordaba a la niña que había muerto.
Porque ya no le quedaba nada...

Desde que vendió su alma,
su cabello no trotaba en las esquinas.

4 comentarios:

  1. Gran poema. De estos que te hacen mirarte muy dentro.

    ¿Cuantas veces nos vendemos a lo largo de nuestra vida?

    Un beso, Begoña.

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  2. Joder, begoña, no sé de dónde te ha salido este pedazo de discurso poético...

    fuerte abrazo de Z.

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  3. Javier, siempre atento, dándole brillo a mis palabras.
    Muchas gracias.

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  4. Z, me gusta lo del discurso aunque no lo pretendo, y no sé, sale de la realidad supongo no necesitamos nada más. Se agradece el joder, sin remilgos, muy bueno.

    Bezazo.

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