Hoy sería como ayer.
Delirios, cavilaciones con mantequilla,
versos que husmean
que exploran las mañanas
que destripan los sueños
que golpean las ideas...
Pesadillas en café con leche,
pan con chocolate enredado entre versos.
Impostores en papel de aluminio para el almuerzo.
Un beso,
para el cole, recomendando lecciones de alegría,
rutinas en versículos adaptados,
para mi infanta.
Cerca, un clamor de cazuelas prematuras
me piden lo suyo,
mientras colegas que visito a diario
me advierten de las inclemencias del tiempo,
de su fútil existencia,
ronronean su inminente soledad...
Pero, los poetas son valientes,
son obstinados,
saben de derrotas,
conocen del dolor y la nostalgia...
¡Alentadores compañeros de fatigas!
Hoy ,no es un día como ayer,
hoy es el ayer de mañana.
Donde, todo comienza.
Sé que no eres Z, ya quisieras, es muy fácil hablar desde donde tu hablas. No tengo la oportunidad de visitarte, por lo tanto no te des por aludido. Mientras no demuestres lo contrario tu no eres poeta.
ResponderEliminarEl terror de lo cotidiano y el aliento que nos dan las pequeñas cosas.
ResponderEliminarBuen poema.
Abrazos.
Javier, venía de tus terrores, y estabas aquí...
ResponderEliminarGracias.Un beso.
Qué razón tienes "ronronear" es la palabra exacta, y a veces qué buenos ronroneos... algunos llegan al maullido salvaje...
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Alfaro amiga, no sabes el bien que hoy me hacen tus palabras,
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.