Decidida, solicité una prueba.
Pero alguien;
un ser desgraciado,
me dijo, que en ese cuento,
no admitían niñas como yo,
pregunté, que cómo era yo.
Y todavía estoy esperando...
Para estar en ese cuento,
no necesitaba ser alta,
no necesitaba ser alta,
ni delgada,
ni demasiado rubia,
sólo tenía que hablar con claridad,
ser natural y mirar a los ojos.
No entendía entonces...
Pero había un obstáculo.
Mi ombligo no era el que estaban buscando.
Yo no había leído nada de ombligos.
No estaba en el guión,
no estaba en el cuento que soñé,
por el que me corté el pelo,
por el que me corté la timidez,
por el que asesiné las ganas
de salir corriendo...
No sirvió de nada reclamar,
ni lo que me tiré del pelo.
Otra, que no sabía hablar
que de natural tenía menos que el yogurt
y jamás miraría a los ojos.
Tenía el ombligo adecuado.
Lo mejor de esa experiencia,
que me preparé tanto para el papel
que después siempre he sido la protagonista.
Gran poema, Begoña. Siempre somos protagonistas de algo, aunque sólo sea de nuestras vidas.
ResponderEliminarLo de mi blog, ¿ha sido un arranque de odio hacia mí?
Un beso.
Tenes razón, Javier, siempre somos los protagonistas a pesar de que alguien nos aparte, o lo intente, pero el poema se refiere a una etapa en la que todavía no está consolidada esa certeza.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, un abrazo.
Yo no querría estar en ningún sitio donde me juzgasen por mi ombligo. Que les jodan. Estas mejor fuera, con nosotros.
ResponderEliminarun beso
Begoña, yo creo que lo he entendido, y como Pepe creo que si nos juzgan por algo tan nimio es mejor no estar.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Z.
Se podría decir incluso que estás preparada para pasear por el fin de los tiempos.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias Antonio por pasarte por aquí, eres muy bien recibido, y te comunico que yo paseo por el fin de los tiempos de vez en cuando, aunque no haya dejado constancia, ahora con tu permiso lo haré.
ResponderEliminarUn saludito.
Creo que te has quedado con el mejor papel de la peli..., o que otros se han equivocado de guión...
ResponderEliminarYo me quedo con tu ombligo, el mental, que me encanta..., sobre todo cuando hablas de nosotras..., las mujeres.
Un beso.
Alfaro, dando en la diana, pues si, yo también creo que nuestros ombligos son los más bonitos y el que no lo sepa apreciar, que le de...
ResponderEliminarBesos.