porque una mañana lánguida me seguía
renunciaré a mi nombre si no tengo que persegrir huellas
de adoquines mudos.
Atraviesé el muro que me separaba de la realidad
me esperabas tardío, seco, retratando sordas madrugadas
contemplando cómo te pienso lejos en un mundo
donde no me alcances.
uff...
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