Abriste la ventana
abriste la mañana
cogiste lo que había que coger
un árbol
una flor
el sol...
la tierra muerta miraba al cielo
y lloraste lo que había que llorar
una brizna de hierba
un sol añejo
una caricia esquiva
un pensamiento turbio,
una niña perdida...
Me lloraste a mí.
y perdiste la razón para gritar
la canción para bailar
el corazón para soñar...
Perdiste la camisa
y te mentí.
Los papas y las niñas perdidas...que bueno Bego, que bueno.
ResponderEliminarUn achuchonazo,
Kike
Me ha dejado un ligero sabor de tristeza.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si, un poquito triste...pero bonito, como todo lo que escribes.
ResponderEliminarAchuchón! :)
No sé lo que me sugiere este poema, es algo inefable. Esa es su grandeza.
ResponderEliminarAchuchón.
a mi también me ha dado tristeza el leerlo, aunque ha sido muy bello
ResponderEliminarun abrazo
Muchas gracias, Kike, alfaro, Jorge, Jose, Ana. Sois un gran apoyo. Siento no estar más al día con el blog y los comentarios. La falta de tiempo juega en contra, pero cuando intervengo, lo hago con el alma en el teclado.
ResponderEliminarBesos a tutiplén.
me quedo con lo que dice zuñi, bego, inefable, sin duda.
ResponderEliminar