Tuve que mirar
muy bien a ambos lados
recorrer con los labios la distancia
tuve que esconderme
retroceder
envolver la sonrisa
desplegada antes del dolor.
No pude abrazar la posibilidad
porque la tristeza goteaba desierto
porque incluída en el recuerdo
la indiferencia prendida en tu nombre
abofeteaba a la pérdida.
Rercorté las mariquitas
las muñequitas que en el recuerdo
pintarrajeabas por mí
Tuve que corregir la dirección
ponerme unos zapatos ágiles
que me hicieran volar
reclutar de nuevo todas la lenguas
y pedir un poco de auxilio.
Nos pasamos la vida corrigiendo la dirección. Muchos, ni siquiera tenemos la posibilidad de calzarnos los zapatos adecuados. Espero que los tuyos colaboren en ese camino.
ResponderEliminarUn beso
a veces los sentimientos nos juegan malas pasadas.
ResponderEliminarun abrazo por hacer sentir
Me gusta, Begoña.
ResponderEliminarUn besazo.
siempre hay quien tiende una mano y por cierto, me gusta mucho el nuevo cambio del blog
ResponderEliminarun abrazo
Virgi,
ResponderEliminarbienvenida, pasa sin llamar.
Muak.
Josechu, gracias por tus atentas palabras.
te abrazo.
Javier, gracias por pasarte.
Besito.
Ana, gracias tienes razón. Sí ando un poco recolocando las casitas, me alegra que te guste.
Un cariñito.
Bego, he tenido muy poco tiempo para pasarme por aqui estos dias, pero llego, y me encuentro con este poema, que es un camino sinuoso a recorrer descalza, me encanta!
ResponderEliminarUn abrazo
Qué buenos poemas.
ResponderEliminarUn abrazo