Reivindico
no ser inteligente
y hacerme la tonta.
Ponerme abrigo en verano
y llevar descubierto el corazón
aunque arrecie un invierno
bastardo y descontento...
Reivindico
mojarme cuando la lluvia cae
pertinaz y achaparrante
cuando todos regresan al calor
de sus hipócritas estufas
de llama ancha
de banda estrecha
de mugre de diseño...
Reivindico subirme por las paredes
gritar,
si alguien me aburre
y si se me para el corazón
cuando veo a un mendigo
enseñando el muñón pespunteado...
Reivindico a las putas que te dan calor
al músico que te da esperanza
a ése, de otro color
que me guiña un ojo
repartiendo exotismo
con pícara intención...
Reivindico al jorobado
al rastrojo
al chichón
al que bebe y levita
y se confiesa anónimo.
Vecino de este infecto mundo.
Qué bello es vivir...
Qué buen giro final. La reivindicación de la rebeldía, sí.
ResponderEliminarBeso
qué cierto. Me ha encantado.
ResponderEliminarabrazo
Grande Begoña. Me ha gustado mucho de veras.
ResponderEliminarUn beso.
Yo me uno, sobre todo a ese final,
ResponderEliminarMuy bueno.
Un beso.
Reivindico a Begoña, vecina reinvindicadora. Qué bueno.
ResponderEliminarBesos
Gracias a todos por venir y sobre todo por leer con tanto cariño y atención mis letras.
ResponderEliminarArrumacos con solecito, me voy a por moras.
hola bego, vuelvo a leer, escribir y estar con más ánimo.
ResponderEliminarversos bonitos, llenos de sinceridad y garra.
besos
Ángel me alegro mucho de que me visites, pero más que vuelvas al ataque, me paso por tu blog.
ResponderEliminarGracias y besos a tutiplén.
Muy bueno, Begoña. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesazo