agárrate fuerte
cógete del pelo, tira.
Y si dudas, arráncate la piel.
Pero no digas que estás muerta...
Las canciones que te persiguen mienten,
las rancias plañideras mienten.
¡Mírame, respira, despierta!
y si dudas, escucha a tu corazón
escucha el argumento de tu pecho
el potente quejido de tu estómago...
Si tienes hambre y sed,
no estás muerta
si lloras,
no estás muerta,
si en la lengua tienes palabras peregrinas,
no estás muerta.
Abraza lo que tienes delante
la oportunidad de matar lo te que duele,
de aniquilar lo que te aplasta.
¡Levántate!
El día que llega revienta,
deslumbra, enajena.
¡Levántate!
Eres valiente, eres mujer...
Y la fiera, reclama tu latido,
el pulso que desafíe a la tristeza.
Sal a su encuentro,
corre, galopa, trepa, grita...
¡No estoy muerta!
Estás muy viva, Begoña. Que poderío destilas en este poema.
ResponderEliminarQué haríamos sin la poesía...
Besos enormes y mucha vida!
Javier Ha dado con la clave en dos palabras: Viva y poderío. Estoy totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarEsa es la aptitud que me gusta, la del guerrer@
un beso
Gracias chicos, soy guerrera porque el mundo me hizo así, jeje... Lo del poderío, bueno si lo decís vosotros??? Que me quiero mucho, por lo menos hoy, y como he estado un poco de bajón, pues eso que me he dado un empujoncito.
ResponderEliminarMuchos besos, achuchones y todo lo demás.
Begoña, no te conocía, me impresionan tus poemas.Feroces, me encantan.
ResponderEliminarSaludos Candi