para contar las palabras que conquistaron tu ausencia.
Desidia con la que contemplo
lo ganado y lo perdido,
con la que exprimo las soledades
que afligen a mi estómago,
a mi sexo pleno sin tus sobresaltos matutinos.
Ahora lo expongo al azar,
sin tragos de fervor
madurando silencios.
Mil besos tendrías que derramar,
para contar las veces
que te hundiste en mis versos.
Siniestros interrogantes
que me torturaban,
y que ahora martillean tu derrota,
suplican perdón.
Yo no perdono.
No la perversión.
No al que pretendía vaciar mis recuerdos.
El secuestrador de pensamientos
tendría que vivir,
mil años más,
y agotar su llanto,
su semen,
su sudor...
Y agotar sus alaridos de animal desahuciado.
Para violar, un solo segundo de mis silencios.
Este poema desgarra, Begoña, da besos a la vez que muerde.
ResponderEliminarEstá muy bien.
y gracias por tus comentarios en mi blog, me gusta que quien pasa por allí deje su huella y tu lo haces siempre.
Abrazos.
Qué cierre de poema...
ResponderEliminartendría que vivir mil años, para violar un solo segundo de mis silencios...
Aunque ya el inicio es fuerte, mil años.. las plabras que conquistaron tu ausencia...
Dios! yo que vivo las ausencias como un dolor desagarrador... y leo que pueden ser una conquista...
qué cambio de situación mental...
gracias, un beso.
Javier, ya sabes que doy una de cal y otra de arena, pero no suele ser premeditado.
ResponderEliminarGracias. Besazo.
Alfaro, tu comentario me ha provocado una risa nerviosa, a lo mejor me ha picado un bicho y no me he enterado, je, je.
¡Qué variado es el pensamiento!...
Gracias, besazo.
Me quedo sin respiración con tus poemas, trato de coger el aire suficiente...
ResponderEliminarCon este me he sentido un poco culpable.
Un beso de Z.
Pura fuerza y afirmación, anclaje a tu silencio fiel y en el fondo...rabia y pena... de aquel que no supo escucharlos.
ResponderEliminarMe encantó la carnalidad joven de derroches, derrames y alaridos sordos.
"Tu escuchas los silencios de mi silencio"...escribía hace un tiempo.
Un beso niña
Trovador, tu comentario es un bonito regalo para esta madrugada. Qué maravilla de verso...
ResponderEliminarMil gracias.