PESADILLA EN SEMANA SANTA
Me cuesta regresar
una neblina caprichosa, me aplasta.Una nube macilenta, rara...
Había una muñeca de trapo
enredada entre mis piernas
un peluche que me miraba mal
y un tren eléctrico,
que me decía:
-Ahí te quedas...
Todos a coro se burlaban de mi, envueltos
en capas, caperuzas y palmatorias oxidadas.
cantaban el Talber con orgullo y devoción.
Estoy empapada
estoy muerta
estoy apretada contra mi.
Estoy enferma de sabores,
de olores del ayer.
De melodías con garrapiñadas
de las procesiones desde el taller de papá
del dos y pingada en el bar de Pepe,
de mis trenzas
de mis calcetines blancos,
mi lazo azul.
Me duele la garganta
y la memoria.
Me rindo.
Me duelen los años sin mi...
Y mi pie izquierdo
y mi mano derecha
y mi vida del revés.
Qué zamorana eres, me ha gustado mucho el poema, me he visto un poco en el, un beso.Z.
ResponderEliminarni devoción ni fé
ResponderEliminarpero me ha emocionado la honestidad
y el recuerdo de algo que nunca tuve
Vuk, yo soy esa niña, pero también soy la mujer descreída, que escribe con la emoción y la razón, gracias por dedicarme tus palabras.
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