nada como tú
para emular la dicha
que trémula escapa a mis dedos.
Hoy decido levantar mi corazón.
Las muecas que tempranas afean mi cara
me divierten
soy más libre que ayer
porque ayer no podía mirarme a la cara...
Hoy consiento que la risa
le haga un desplante al espejo.
Hoy tengo vida en mi ojo izquierdo
el derecho quizás a mediodía le haga un guiño.
Nada como tú
para gritarme que estoy
que voy
que he de aferrarme a esa imagen grotesca que
me advierte
que cuando estoy sin mí
no soy yo.
Veo con alegría que te as puesto en marcha otra vez y con poema para reflexionar.
ResponderEliminarCuando estamos con nosotros mismos, somos, estamos, vivimos...
ResponderEliminarMe gustò mucho, Begoña.
Abrazos.
Leo