TODAVÍA TENGO DEDOS...

Cuando mis pensamientos sangran
por la ventana entra el hielo
se queda un frío que aplasta
que respira costumbre.
Aniquila esperanzas.

Cuando nada conserva el brillo
no sirven oropeles, simiente de bárbaros
un hilo de oro se vende por huesos
que muestran en la calle
heridas del hambre.
Nada conserva el brillo
nada es sagrado ahora.

Tú aclaras las gargantas con lágrimas
y ocultas tu rostro viejo,
porque también tus pensamientos sangran
se cerró la llaga en falso, no se cura.

Cuando abras la sonrisa líquida
campanas desoladas abandonarán los ecos
de antaño
querrás hablarnos de  entonces
de cuando había luz
de cuando había páginas que entonaban versos
mejores

Sí, por eso escribo este poema
porque todavía tengo dedos, tengo huesos...

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