Y me agarraré fuerte
más fuerte que en la noche
cuando me aferro
a la pequeña claridad
que permiten las estrellas.
Sálvame
sálvame de nuevo.
No quiero caer
y tengo miedo.
Dibújame la soledad
en ese apartado rincón
al que maldices,
pero que a mí
me da la calma
el descanso
el lecho.
Si me abandono al sueño
si encuentro en él
la luz que ahora me falta...
Déjame
soy una niña rota
rota y perdida
cuando me abandona
la musa que me dicta
la luz que me acompaña
la luminosa aparición
que repentina
ocupa mi mente y la hace
explotar.
Rota y perdida
si no tengo palabras.
Hoy parece que nos abandonan las palabras "y nos rompemos y nos perdemos..."
ResponderEliminarUn beso, zamorana.
yo también quiero perderme como lo hacéis vosotras.
ResponderEliminarbesicossss
Por suerte la poesía hace que os encontréis y nos hagáis encontrar vuestras vías.
ResponderEliminarEnhorabuena, Begoña.
Un abrazo.
Leo
Así de frágiles somos a veces, niñas perdidas clamando por alguien que nos salve cuando sólo podemos salvarnos a nosotras mismas.
ResponderEliminarnuncaca desapareceras como tu palabras tampoco. Genial
ResponderEliminarbelleza de poema!
ResponderEliminarmil besos*