Nada de lo que quiero me hace bien,
es mortal la contemplación
de una pena rota
una esquirla en el costado
rezuma glorias pasadas.
Lo que oigo dentro
implora caos
lo que veo fuera
reclama oración y despedida
todo lo que quiero puede hacerme mal
haceme hueco
dolerme aquí ahora, mañana...
Es la ella de las constelaciones violetas
más brillantes e indolentes que cuando me ven...
Pero nadie me ve
a mí, porque no saben donde estoy.
Yo tampoco puedo verme a mí
tengo negado el entendimiento de mi ojo real
el que me sabía en el momento preciso.
Toco mi cara y no está
recorro mi cabeza entera
por si ha cambiado de sitio
y no está.
Suspiro hondo
lento, apagado...
Aviso a mi cuerpo por si acaso
pero ya no tengo un cuerpo
que pida pan.
a falta de pan bueno es el vino, salud
ResponderEliminarA veces no nos vemos a nosotros mismos, y otras no nos reconocemos y eso es peor.
ResponderEliminarUn beso.
Loreto
a veces ni nos queremos ni ver
ResponderEliminartienes tanta razón
Besicos
Es magnífico.
ResponderEliminarhermoso, trágico, cuando uno no se ve, todo es borroso e incierto, hay que dibujarse de nuevo con nuevos pinceles...
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