CAFÉ CON CUZA

Diez y media de la mañana. Cita con un editor en el café “La tertulia de Shespir”. La última vez que estuve aquí, agarré una infección en el baño... Juré que no volvería, pero a este tío se le ha antojado; dice que le hace gracia el nombre...

Veo a una antigua conocida de cuando vivía con Jorge. Me cae como un tiro e intento hacerme la despistada... Me ha visto. Viene hacia mi mesa...

-Buenos días, hace mucho que no te veía...
-Hola, sí, es que vengo poco...
-Y éso...
-Circunstancias...
- Sentimentales, supongo...
- Pues no.
- Entonces...
-Bueno, a veces se deja de ir a sitios, eso es todo.
-no, será por algo...
- Claro, por algo será...
-y por qué, es un secreto...
-Por qué habría de ser un secreto algo tan tonto...
-Tanto tonto no es mujer, eso no...
-Pues a mí me lo parece, perdona espero a una persona...
- Ah, pues fenomenal, qué tal Jorge...
-Bien, supongo...
-Ay chica, que pena que acabarais mal, era tan mono...
-Sí, monísimo...
-Pues sí, que sepas que tenía muchas detrás haciendo cola...
-Qué bien...
-Sí, yo lo intenté, pero que va, creo que seguía por ti...
-No, sería por otra cosa...
-Por qué...
-Ay mira, por nada, de verdad estoy ocupada, perdóname.
-Ocupada, en qué, si no estás haciendo nada más que tomarte un café, ni para un desayuno tienes mujer, que te invito.
-No gracias,
-Entonces, dime qué cosas son esas en las que andas, si no trabajas , que yo sepa... Siempre te lo has montado para vivir del cuento.
-Perdona, ojalá pudiera vivir de mis cuentos.
-No entiendo...
-Ya, pero yo sí.
-Bueno vale, hija que leche gastas...
-Mira cretina, cuza más que cuza. A ti, no ha de importarte ni el cómo, ni el cuándo, ni el dónde de mis ocupaciones. ¿Te he preguntado yo algo a ti?, jamás me ha interesado tu vida. Ahora sé por qué, y es porque simplemente tu vida es la de todos,  la de cualquiera... Alguien que se alimenta de las cuitas ajenas, no tiene vida.

(La cuza indignada, medio llorando se aleja hacia la barra. Parece que el camarero la conoce bien y no le hace ni caso).

No, si esta no se va, con tal de enterarse de a quién espero... Y con lo rencorosa que es, en cuanto tenga ocasión me pondrá verde; el color que más favorece a mi reputación. Si por lo menos me llamara misántropa, pero claro, eso es demasiado para su vocabulario...


Del editor nada, que no aparece. Eso de alabarme tanto... Tanta coba...
Sí, desconfío, qué le voy a hacer...
Me estoy meando, y por supuesto, yo a ese baño no entro...
Veinte minutos de retraso, paso,  este tío es un impresentable. No espero más.
Y que la cuza se quede con las ganas.