No perder la ilusión
no perder la alegríano perder la paciencia
no perder el humor
no perder el sentido común
no perder las ganas de gritar
no perder las ganas de arrancar sonrisas
no perder el tiempo
preguntando a las margaritas
si alguien la quería...
el día de la primera
de la comunión con él
supo que su camino estaba pintado
en el suelo de la iglesia
primero esposa
luego madre
luego...
afortunadamente,
viuda.
Muy duro, y muy bueno, me ha erizado la piel al leerlo.
ResponderEliminarUn abrazo Bego! Cuidate
durísimo, pero no pierdas nada bego, guapa.
ResponderEliminarQué bueno, sobre todo ese contrapunto final que no se espera,
ResponderEliminarabrazo.
cierto, no se espera el final, duro durísimo, pero real, tan real como la vida misma
ResponderEliminarun abrazo