nunca perder el control
siempre alerta
corrupción
persecución
pecado
peinado
prendido
perdido.
Siempre alerta
nunca des la espalda
que no te acaricien
nunca el corazón
que no tropieces
el amor es desgraciado.
Siempre alerta
confusión
convulsión
contaminación
contagio
consecuencia.
Si no me he muerto
gritemos
lloremos
follemos
cantemos…
Dejaré que me perdones
si me pides perdón.
Qué sorpresa a estas horas..., leer algo tuyo.
ResponderEliminarSí morir, porque cuando llega el amor...
(no sé si será mi monitor o el tipo de letra que a pesar de ser bastante grande no la 'leo' muy bien...)
Un abrazo grande.
Tu siempre tan rotunda tan traviesa
ResponderEliminarun besazo
Y aunque no pida perdón pasarás prendida por pasos perdidos porque para para pesos pesados
ResponderEliminartú.
es precioso bego, pero de verdad que siempre alerta? a veces es mejor perdón la noción... un abrazo muy grande.
ResponderEliminarQué enérgica.. sí sí sí.. la vida sólo se vive una vez vivamos, follemos..jajaj
ResponderEliminarMmmm, me gusta sobretodo el último verso...
ResponderEliminar"Dejaré que me perdones si me pides perdón"...
Rotundo, y además que sea el otro, of course :)
"No he aprendido a sufrir, toda severidad es inhumana"
ResponderEliminarJuan Carlos Mestre
Luz de un quinquet
9 pintas, 29 latidos, Gillespie,
madrugada, ganas de hablar.
La generación del 77 íbamos a cambiar el mundo en el fututo
pero los electrodomésticos siguen funcionando en el 2007,
como siempre…
Me pregunto:
Por qué un intermitente puede llevarme a la lágrima, de vasta emoción, por qué siento que me responde, cuando se ilumina su automática luz naranja, y que no estoy solo, que somos dos, objetos comunicándose, que la máquina pretende mi atención, sabiendo antes de que se ilumine sin embargo apenas un segundo antes que así será…
No lo entiendo:
Por qué ladra el borracho a los coches que pasan a su lado.
Es de noche.
Hace frío.
Mientras, la gente ahí afuera insiste, empujando sus pesadas rocas, hacia la pirámide.
En las paredes de mi casa se pudre la luz de ayer por la mañana.
Y yo sigo de pie junto a la ventana, sin tomar ninguna decisión.
Podría quedarme a vivir dentro de esta canción.
A night in Tunisia.
Pienso que:
La oportunidad debe ir acompañada de destreza…
Todos los muebles de casa me observan con rostro de preocupación.
No quiero pensar,
para no atraer su atención, con el ruido de mi cabeza.
Un automóvil ha atropellado al borracho, se apagó el ruido y la furia.
Está muerto, pero no siento lástima.
Tampoco sé qué significa eso realmente, si es salvaje, inhumano o inmoral,
pero es cierto.
Y mientras, la gente ahí afuera no deja de insistir, empujando sus rocas.
Me pregunto:
Debe haber algún motivo por el que todo haya adquirido esta forma,
esta forma de costumbre, en que amanece como una herida sin importancia.
Ya no recuerdo qué clase de paciencia me trajo a este lugar...