La arena
niña de hoy
acaricia tu piel
ayer la mía.
Clara es la luz
que alivia al Duero en la espera.
Sola la palabra
desnuda en la orilla
respira tus encantos de niña/mujer.
Mecida en sus aguas
intrépida conquistando lo que fluye
lo que eterno se vence
coqueta
dejándose
alejándose...
Aclarando en un líquido poderoso
el futuro
preguntando por el peso del cielo
de las nubes
de la tierra,
por el peso del mundo.
Aguas crecidas
aguas desbordadas
aguas enlodadas en silencio...
Secuencias que se pasean por mi mente
adulterada/acidulada
de adulta que sólo recuerda.
...Y llega septiembre torturador
merodeador paciente
y anuncia tardes livianas
que ahora se apoderan del verano
del día que sufre pérdidas...
Mírame, con restos en el pelo
rubor en las mejillas
regálame,
la furia de tus ojos
y lánzame,
lo que fui ayer
lo que eres hoy.
Hija del Duero.
La miras y te refleja, seguro, como si las dos os miraseis en el Duero.
ResponderEliminarAhora te leo mejor.
Abrazos para las dos.
Es un poema total.
ResponderEliminarTu Adriana se merece eso y más, seguro.
Achuchón.
"Niña de hoy"
ResponderEliminar...que será tu niña se siempre...
Achuchón y besito!
Kike
Ay, Bego, que estoy blandita y me emociono... Precioso.
ResponderEliminarBesazos dobles.
Tu ella estáis unidas por el hilo conductor de la maternidad de la creatividad y del amor.
ResponderEliminarUN........................
os quiero tanto que muero
amor de madre (poeta), sin duda, grandisimo
ResponderEliminarHija del Duero, hija del amor.... ;-)
ResponderEliminarY setiembre no será aterrador. Tengo una corazonada. Este mes que viene va a ser espectacular. Lo presiento ;-P
precioso regalo el que haces a tu hija, el mayor de tus tesoros
ResponderEliminarun fuerte abrazo
precioso qué canto de madre a niña refleándose en los ojos de ella.. y esa niñez que vuelve..
ResponderEliminarUn espejo hermoso en el que mirarse. ¡Cuánto más bello que lo que nunca pudimos contemplar!
ResponderEliminarUn beso grande