Me pondré unas cadenas
tan bonitas
como las que llevan los mortales
que las hay de color,
dijeron
con brillo
que sea luminoso
como el sol
que se fue blasfemando
que no deje marcas,
que sean mansas como el consuelo
y aprieten lo justo
como el hambre de hoy.
Bego, duras y contundentes palabras, aunque transpiran algo de esperanza: tú te las pones, tú te las quitas.
ResponderEliminarUn abrazote
Duro Bego, aunque aprieten lo justo.
ResponderEliminarMe gusta como lo expresas,
"que las hay de color
dijeron
con brillo"
Me gusta la paradoja de sentimientos que provocas, somo sinsentidos, pero acordes, armoniosos.
Me gusta Bego!!
Un arrumaquito :)
Siento no estar de acuerdo con Kike ni con Paz: no me parecen duras las palabras. El hambre aprieta, pero este poema no tiene corsé. El "me" se lo quita. Son palabras libres como el viento, y bellas a mi gusto.
ResponderEliminarMe gusta el final.
ResponderEliminarUn beso.
Trovador, me pondré las cadenas, pero seguiré libre.
ResponderEliminarBesos.
Calipso, la palabras tratan de mostrar un camino y sí, a veces parecen contrarias...
Arrumacos.
Jose, has conseguido impregnarte del espíritu del poema.
Achuchón.
Javier, con broche, te acuerdas???
Abrazote.
Eso, lo justo, nunca de más, que no dejan de ser cadenas.
ResponderEliminarAbrazos.
esa mariposa encadenada hace que pesen sus alas cuando quiere volar
ResponderEliminarun abrazo, begoña
Allfaro, lo justo, lo que podamos resistir.
ResponderEliminarBesos.
Ana, me alegra que hayas reparado en la foto... Nunca sin las alas, auque nos pesen.
Pásate por "más allá... Espero que te guste.
Abrazote.