Yo no hablo del sol, sino de la luna
que ilumina eternamente este poema
en donde una manada de niños corre perseguida por los lobos
y el verso entona un himno al pus.
Oh amor impuro! Amor de las sílabas y de las letras
que destruyen el mundo, que lo alivian
de ser cierto, de estar ahí para nada,
como un arroyo
que no refleja mi imagen,
espejo del vampiro
de aquel que, desde la página
va a chupar tu sangre, lector
y convertirla en lágrima y en nada:
y a hacerte comulgar con el acero.
que ilumina eternamente este poema
en donde una manada de niños corre perseguida por los lobos
y el verso entona un himno al pus.
Oh amor impuro! Amor de las sílabas y de las letras
que destruyen el mundo, que lo alivian
de ser cierto, de estar ahí para nada,
como un arroyo
que no refleja mi imagen,
espejo del vampiro
de aquel que, desde la página
va a chupar tu sangre, lector
y convertirla en lágrima y en nada:
y a hacerte comulgar con el acero.
De "Piedra negra o del temblor". Visor (1970-2000)
¿Sabes que lo cité en las afinidades porque en cierto modo me sentía en deuda con su madre?
ResponderEliminaraunque su poesía, y también su prosa, me gustan y mucho.
En una de mis prosas, de esas ilegibles que nadie excepto yo saben su origen hablaba de ellos, sin citarlos. Una que habla de felicidad, y de que nunca más volvió a Salinas(una playa que está a doce KMs, de Avilés, mi ciudad real y contaminada.
Gracias por traerme estos recuwerdos.
Un beso.
Gracias a tí, por hacerme partícipe de experiencias que son parte de tu historia.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Has tocado un punto débil para mí... Me encanta Panero.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Javier, me alegro, para mí también es un punto débil...
ResponderEliminarEs un gran autor, lo que tiene en la cabeza, en la garganta, le quema. Menos mal que le han dejado la palabra.
Besitos.
Sí que es grande. Gran loco, pero gran poeta.
ResponderEliminarSi este mundo dejara locos a los locos...
Abrazo.
Adolfo, querido, ya lo dice el refranero españól que es muy sabio,jejeje, que de poetas y locos todos tenemos un poco, ¡bendita locura!
ResponderEliminarCariñitos.