He querido muchas vecescruzar la calle
y vivir la vida de otra.
Sentirme la mujer
que se sube a ese taxi
una carrera incierta y misteriosa.
Ser la que en el cine
besa a un hombre que no es el suyo.
La que toma de la mano a una niña,
muy distinta a la mía.
Ponerme el sombrero aquel,
que parece un nido de golondrinas
y atreverme como esa,
con una minifalda que corte la digestión al de enfrente.
Ser la chica de la panadería
despreocupada y tontona
que dedica miradas alegres y consoladoras
a cualquiera.
Cometer algún delito
del que no arrepentirme,
y correr sin permiso
y gritar
y reír desencajada...
Ser una amazona asfáltica
fuera del tiempo y la ley.
Surcando cuerpos
devorando aleluyas,
con los labios extenuados
y las mandíbulas doloridas
de morder lo prohibido.
he acabado mi selección, la propia, vete preparando la tuya,
ResponderEliminarsi tienes dudas: este poema que no se te escapa: seleccionalo.
Es perfecto, inmejorable, es muy bueno, de los mejore que tienes, con este no dudes.
Un beso
Alfaro sabe de lo que habla... Final impresionante, Begoña...
ResponderEliminarAlfaro, nunca me cansaré de darte las gracias, me estimulan mucho tus comentarios, me hacen escribir que es de lo que se trata.
ResponderEliminarBesos y achuchones.
Xen, que gran placer tenerte por aquí, ya veo que te fías del criterio de alfaro, sabia mujer, sin duda, aunque me ruborice por la parte que me toca.
muchas gracias, besazos.
De una u otra manera, eres todas esas mujeres.
ResponderEliminarUn beso
Trovador errante, pues sí, soy todas y más, lo que pasa es que a veces me cuesta darme cuenta...
ResponderEliminarGracias por venir.
Besos y cariñitos.
¡¡¡¡¡cojonudo!!!!!! ¡¡¡¡Buahhhh!!!
ResponderEliminarMe dejas sin palabras.
un beso
insisto ¡¡¡¡¡¡¡cojonudo!!!!!!
Pepe, me alegro mucho de que te guste tanto el poema, siempre es sorprendente lo que ocurre con un poema, verlo crecer con los comentarios, es magia pura...
ResponderEliminarGracias por estar, por tu fidelidad y todo lo que haces en tu blog, que me encanta.
Nunca hay que arrepentirse de ser como se es y siempre siempre siempre se puede cambiar. Eso seguro.
ResponderEliminarMagnífico poema.
Besos Begoña.
Javier, aceptarse aunque cueste es básico para poder crecer y si es necesario cambiar.
ResponderEliminarGracias y besazos.
A este poema nunca lo adjetivaría como romántico, está en el límite de lo existencial, dejar de ser lo que soy, ser otra u otra cosa,
ResponderEliminarpero no lo adjetivaría porque es tal la fuerza (sé que me hago pesada pero no me importa)que tienes en lo que escribes... tienes tu propio estilo, puede que tengas una sombra de estilo romántico, pero alguien tendrá que ponerle un nombre... que abrarque todas las sombras.
No eres pesada, me ayuda mucho tu pinión...
ResponderEliminarLo del estilo, es la voz poética que conduce al que se deja llevar.
Gracias por tus aportaciones,
un beso.