los invitados sin respuestas
no llamaron con disculpas
no mintieron
no justificaron ausencias.
Nadie vino a la fiesta.
la certidumbre es el galardón de los pacientes,
pero la soledad aplasta.
Los convocados, no te recuerdan
las casas, que han permanecido entre torturados escombros
se asoman burlonas, entre árboles
que no sucumbieron al aburrimiento.
Calles, plazas, avenidas...
Sufrieron abandonos
derrumbes del desconsuelo.
Nadie vino a la fiesta.
Parece que el dinero que ahora derrochas
no compra lo que no tiene precio.
Regresas del olvido
a una ciudad fantasma.
Donde la fortuna corteja hoy
lo que ayer estaba muerto.
Parece la ciudad del fin de los tiempos. Yo me apunto a la fiesta si tú eres la anfitriona.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Antonio, por comentar y por apuntarte...
ResponderEliminarBesos.
Completamente desolador. Tajante. No le sobra ni una palabra. Clara, directa, apocalíptica...
ResponderEliminarGenial.
Besos.
javier, muchas gracias, por tu comentario me acompaña entre tanta desolación.
ResponderEliminarCariñitos.
Anda, que estais los dos buenos hoy (Begoña y Javier)¿Os habeis levantado con el pie izquierdo? je, je, je. En serio, me gusta mucho.
ResponderEliminarGracias Pepe, esto en realidad es un ratito, a jornada completa soy peor jaja...
ResponderEliminarBesos.