VIVA UN MINUTO MÁS


 Siento la sequía

en la saliva macilenta que destruye mi nombre.

Salí a tejer un cerebro no contaminado

y me encontré con los sesos del que me vendía ayer la bandeja de gloria.


Tengo un ojo no tuerto

tengo un pensamiento sangrante

que me hace creerme viva un minuto más.


Pero mi brazo izquierdo no sabe levantar mi mandíbula.

La necesito afilada.

Ahora que no soy humana ya no tengo excusa para saciarme de ti.

Abro la boca

al fin veo mi nombre escrito en la paranoia de tus ojos.

1 comentario:

  1. Geniales versos amiga, Begoña. Me gusta tu poema, poeta.
    Besos preciosa.

    ResponderEliminar

Regálame tus palabras...