SABERME LA DUEÑA

Nada me excita más
que esa inteligencia que tu cuerpo pasea.
Te contemplo mientras escribes
mientras miras mis pies desnudos
siento, cómo tu lengua se manifiesta
vertiendo susurros
sobre un escote que galopa...

Eres el redentor de mi conciencia
eres un ser mutante
un desconocido, que de repente
contamina el aire de la hora feliz.

Nada me excita más
que saberme la dueña
la terrateniente de tu espalda
la jefa de tus caderas
la propietaria del alimento
que agota tu apetito, ahora.

Nada me excita más
que sentir la osadía de una piel
que no me toca
una ausencia  intempestiva

que pulsa lo invisible

 Nada como saberte insoportablemente aquí.

2 comentarios:

  1. Gracias Bego!...como diría Paul Newman, en la última escena de ""El color del dinero:
    - "He vuelto"
    Besos y cariñitos para las dos poetisas de la casa!

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  2. Saber que algo que deseamos lo tenemos al alcance de la mano.
    Besos

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