Así abrigadita
tapándome casi hasta las ganas de oírte
semiinconsciente, semiatada, semimuerta...
Tengo la vida atrapada
desde que dijiste que me querías
un susto descomunal
algo que perplejo se acumula en mi esófago...
Cómo hago ahora
para decirte que lo nuestro
delató la prisa
deconstruyó la esperanza
defecó en el púber desayuno
deleitó al enlutado lenguaje
de los ritmos subterráneos...
Así, abigarrada
la contradicción contrahecha
vomitada a ratos por el dolor
no aparca la ironía de vivirse en mí.
Cómo te digo yo
qué no,
qué no soy ésa
qué soy la otra
la que se deja comprar
la que se descuelga por el balcón
ante el peligro
la rata cobarde que prefiere no sentir.
Yo creo que en el fondo somos muchas,
ResponderEliminary depende de los ritmos aparece una u otra u otra...
Un abrazo.
Pues ciertamente, como dice MJ, y como ya dijo Walt Whitman "contenemos multitudes"... el poema cala dentro, muy dentro.
ResponderEliminarBesazo, Bego.
En realidad creo que habla tus dos mitades que culebrean y eso es casi necesario. Besoos cotantes
ResponderEliminarQuerida Begoña:
ResponderEliminar¿Es miedo lo que le hace refugiarse prudentemente en la otra? Tú lo cuentas tan facil, pero es un poema cifrado que invita a la reflexión.
Un beso, amiga.
Elvira