No puedo regalarte mi alegría
se la comió aquel gusano loco
que aterrizó en mis sienes.
Tengo la algarabía del naúfrago
premiado con agua cristalina
envenenada a medias.
Sonrío lejos, tarde y angostamente
cuando los cascabeles se apoderan
del corazón danzante.
Ven desde tan cerca
que ágil domines mis silencios
ven de puntillas
devolviéndome la risa
contagiándome de ilusines
articulando mis sueños
de antes de ayer.
Me gusta, Bego, me gusta cómo va el poema acercándose a esa sonrisa tan lejana pero no tan lejos.
ResponderEliminarBs
que nadie devore tu alegría.. quien se acerque a ti que sea para iluminarte
ResponderEliminarBegoña,me gusta mucho este poema que anticipa la alegría, sobre todo, pese a esa media desconfianza, estos tres versos:" Tengo la algarabía del naúfrago/ premiado con agua cristalina/ envenenada a medias". Ojalá que llegue pronto, de puntillas para que no salgas corriendo, el que te devuelva la sonrisa.
ResponderEliminarUn abrazo
Elvira
Elvira
Me encantan los cascabeles y con la danza,las ilusiones y la risa, son un buen contrapunto al agua envenenda, aunque cristalina.
ResponderEliminarAcabo de ver el blog de tu hija, me ha gustado mucho.
Abrazos.
¡Bravo!! Es delicioso leerte, creas unas figuras poéticas maravillosas. Un beso enorme.
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