Siempre tuvo mucha prisa
anunciaba a golpe de vermú el mediodía
se sacudía el polvo por la noche
y se conducía por la ciudad revuelta.
Algunas le decían fresca!!!
Mi abuela la conocía bien
-fuimos juntas a la escuela
poco, pero nos reíamos...
Ahora, después de la siesta
se sienta a contemplar
al paisanaje que camina la avenida...
Ha cumplido los ochenta
y todavía es hermosa
y todavía está fresca,
con su pelo rojo,
sus labios
sus uñas...
y todavía es la vida
que se antoja diferente
con sus rojos tacones venidos de allí,
donde se sueña.
Ves tu si que captas la esencia de la vida.Gracias besos
ResponderEliminarY es que mientras hay sueños, hay vida ;-)
ResponderEliminarRecordaba este poema casi en su totalidad, es muy bueno, sobre todo ese final que llega del lugar de los sueños.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me he enamorado de esos tacones que vienen de all, donde se sueña.
ResponderEliminarAchuchón.
Qué hermoso poema, lleno de sentimiento y generosidad poética... me la imagino y me conmuevo.
ResponderEliminarUna mujer libre pues, qué recordará sentada en ese banco habiendo vivido tanto..
ResponderEliminarHay miradas que se alargan hasta la línea del horizonte donde reposan los sueños... Precioso.
ResponderEliminarBesos taconeaos ;-)