La puerta estaba abierta, pensé que al llegar de la calle, se la abría dejado en un descuido. Las cortinas corridas, a pesar de la hora cercana al almuerzo y un olor raro, rancio, impregnando el ambiente, me parecieron de lo más extraño.
Riiiiiiiing... riiiiiiing... Me asustó, el timbre del teléfono...
-¡Tía, el teléfono! ¿dónde estás?...
No obtuve respuesta. Descolgué, pero nadie dijo nada... Y colgué enseguida...
Me dirigí al salón, tenía una sensación... Me sentía observada; aquella casa me provocaba angustia y desde niña, había evitado pasar en ella, nada más que el tiempo estrictamente necesario. Tan gótica, parecía estar siempre a punto de pasar algo malo...
Mi tía, es la hermana pequeña de mi abuela Marina, la que al final, después de numerosos pleitos se quedó con el caserón familiar, que desde luego yo, no quería ni en pintura, aunque he de reconocer, que algunas obras de arte colgaban de sus paredes.
-¡Tía!, volví a llamarla...
De repente, envuelta en una neblina, una figura inquietante y desconocida avanzaba hacia mí por el pasillo. Estaba aterrada, pero saqué un hilillo de voz para preguntar, -¿y mi tía?...
Como la respuesta se demoraba y mi nervioso corazón parecía desbocarse, no sé cómo, pero con una voz potente que en ese momento no reconocí como la mía, me arranqué con otra pregunta, -¿qué está pasando?...
La mujer, se aproximaba sin pronunciar palabra y con un gesto me pedía silencio. Estaba siendo devorada por mis pensamientos y me intentaba convencer sin conseguirlo, de que tenía que prescindir de ellos... Seguro que era una vecina... Aunque... La única que alguna vez se acercó por aquí, había fallecido hacía dos años...
Tenía frente a mí, al ser más escalofriante que jamás había visto. Se me paralizó la piel; su cara pálida, su cabello oscuro y lacio peinado al milímetro y toda de negro, parecía salida de una película de terror.
...Al fin, se dirigió a mí con ademanes calmados y serenidad irritante.
Me dijo:
-Tranquila, estábamos esperándote. Tu tía no se quería ir sin ti.
Escalofriante historia, y muy buena Bego, me ha gustado mucho, sobre todo el final abierto.
ResponderEliminarUn arrumaco!
Muy bueno, ego.
ResponderEliminarBesazo
Ego no, Bego. Que desde hace días, si no vigilo mi teclado se come las letras, el muy tragón
ResponderEliminarque decirte begoña, me gusta mucho y mil gracias por pasarte por el blog desde las lindes...
ResponderEliminararrumacos frioleros, voltios
Sí que es escalofriante, está muy conseguido, me ha gustado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Neogótico con gotas de ambrosía. ¿Final feliz? Tal como están contadas las cosas, diría que sí.
ResponderEliminarCalipso, el final me ha provocado algún disgusto, pero creo que es mejor así, que cada uno se monte el propio.
ResponderEliminarAchuchón.
Pepe maestro, tú si qué sabes y enhorabuena.
Abrazote.
Ángel corazón, de nada faltaría más.
Un cariñito.
Alfaro, qué bien que te guste, estuve trabajándolo hace tiempo, lo deje reposar, pero creo que al final no ha quedado mal...
Arrumaco.
José Luis, el final, es para cada uno lo que le provoque, yo lo tengo claro, pero por supuesto no lo voy a decir...
Besototes.
Para todos un gran abrazo y unas gracias hermosas, enormes y amorosas.
me ha gustado muchísimo
ResponderEliminarabrazo
Peter, gracias por pasarte.
ResponderEliminarUn gran abrazo.