nadie habló
tan solo un suspiro
rompió el centro.
Había un sentir colectivo
éramos muchos...
La boca se me estaba quedando
sin jugos
el esófago blando
la sonrisa espantada.
Era siniestro el mensaje
nadie dijo ven
nadie dijo vete
nadie dijo:
pronto, luego, ahora...
Cuando nos miró
la vida dijo basta
la prisa dijo hasta luego
la flor se cerró
el desierto irrumpió
sumiso, manso...
Tan solo tú
pronunciaste, respiraste, arrastraste
la palabra hasta mí.
Era blanca
era libre.
Era sola.
"Era sola". Me encanta como lo cierras. También me gusta la descripción física de ese sentimiento de pena y angustia y el siniestro mensaje "nadie dijo: pronto, luego, ahora..."
ResponderEliminarMuy bueno. De verdad que sí.
Abrazos y besos.
Hola Begoña, pasaba por tu blog y he leído este poema, coincido con Javi, no podría añadir más.
ResponderEliminarSaludos, y ah, gracias por pasarte y dejar tus comentarios en mi blog.
Javier, mil gracias, ya más recuperada estoy intentando sacar algunas cosillas del cajón, me alegra que te guste el cierre, este no fue meditado, brotó y lo dejé... A veces pasa.
ResponderEliminarAchuchón con café con leche.
Angel, que bien que hayas venido, estás en tu casa, eres uno de mis últimos descubrimientos y disfruto mucho con tus letras.
Cariñitos con tostadas.
Soy la muerte
ResponderEliminardijo la dama
no tengo palabras
solo un gesto
blanco y mortal.
besos de este mundo.
¡Muy bueno, Begoña!
ResponderEliminarbesazo
Hola, cuando llegó nadie dijo nada, sólo el suspiro... Me gusta el suspiro, es un gesto de aceptación de la vida (o de la muerte), y relaja, y consuela, como una protección natural del cuerpo.
ResponderEliminarUn besote
Pedro, que bien por aquí, qué hermosos versos, gracias.
ResponderEliminarPepe, me alegra que mis letra sigan gustándote, gracias.
Isabel, encantada de tenerte en esta casa, la verdad es que utilizo mucho la palabra suspiro, y es que yo también a veces suspiro, como necesidad.
Para todos mis cariños y un gran abrazo.