Alguien se acerca;
no es negro ni blanco
no es joven ni viejo
no es guapo ni feo
ni gordo, ni delgado
y parece bueno.
Camina relajado y sonríe.
Lleva descosido el corazón
un imperdible en el alma
y la chaqueta sin marca.
No tiene dinero...
Mira de frente
pide perdón
pide pan
Regala versos.
No tiene dinero...
Tiene palabras de regaliz
besos de limón que recojo en el aire
caricias de chocolate con fresa
y tesoros de algodón.
De latón, la joya que me ofrece.
No tiene dinero
pero tiene valor
no tiene trabajo
pero tiene dignidad.
Y el poder
de mirarme como nadie.
Y me ve.
El secreto del poder reside en esa mirada, que ve.
ResponderEliminarEl poder de hacerme visible, de que me crea posible. Gracias Alfaro, un abrazo.
ResponderEliminarMe gustan tus poemas. Siempre te quedan muy compactos, cerrados, con guindas al final.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios en mi blog.
Un saludo!!
No sé, tal vez esté haciendo pasteles y no me he dado cuenta, je,je, Muchas gracias Javier, ahora en serio tienes razón, y mira que intento otras cosas, pero no hay manera, son historias completas.
ResponderEliminarAquí te lanzo que me gustaría que alguien me escribiese algo tan simple y bondadoso como eso.
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