Cuando te acerques despacio
no olvides esperar tu turno.
Has conquistado un territorio
y orgulloso me contemplas a distancia.
Pero a mí no me impresionan
los trajes de marca
ni los ademanes falsamente refinados
ni lo que pretendes ocultar debajo del sombrero,
Aborrezco a los que se venden
a los que oportunos dicen y hacen
y se ofertan.
A mí, nadie mejor que tú lo sabe
me gustan los hombres con garbo
que no temen la derrota
que perdonan y piden perdón
que lloran ante la luna
si en la madrugada les sorprende el desamor.
En esta noche
vacíate de ése que conozco bien
y bailemos
Dios, este me llego al corazón.
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