De LA VOZ MORDAZA

Cuando callada aparto de mí
la garganta incómoda
el hombre al lado del perdón, mira cerca
atrapa la hora muerta en el aullido del dolor
entre sus dedos se escapan los suspiros de mañana.
El aquí deja seca la mirada
quietos los párpados
herrantes la prisa y el atropello de los músculos helados.

Allí donde chirría la nostalgia nos hacemos los inertes
confundidos en la realidad pálida que abre la puerta
a la derrota.

1 comentario:

  1. Ha merecido la pena el paseo por aquí. Gracias por compartir estas letras.

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