LA AGRIETADA REALIDAD

 
No puedo dejar de adherirme a la vida 
a ésa que es libre y que derrama verdad.
Si me lleva la corriente
será que he caído en la rancia mansedumbre.

Dilátame la herida eterna
hazme el daño
que construya  el edificio de la búsqueda
donde pueda dejar mi ropa vieja
mi dolor añejo
mi abotargada costumbre.

Iría a visitarte a la choza robusta
arrastrando papeles endeudados
pero se me mudo de color de las empotradas mejillas...

Sí, me torturó el éxito pendenciero
sí, me tosió encima la felicidad
y ahora
atravieso la agrietada realidad
donde te encontré un día. 

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