YA NO TIENE VEINTE AÑOS

Cuando sufrí de ti
creía que nada más dolería tan dentro.

Después del tiempo y las cicatrices
reconozco tu obra

que sólo ahora las penurias del embargo
del abandono social
del abanico endeudado de mis días
duelen más.

La realidad ya no tiene veinte años
es vieja
está cansada
tiene perdones desgastados
no dice ven
grita desaires
abraza indignación y costumbre
se acocha contra aceras roídas por la mugre de los pasos roncos.

Si uno de estos días deja de dolerme el estómago de tanto asco
a lo mejor, te llamo para que vuelvas inmunizarme.

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